1. COLIMACIÓN EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON.
MÉTODO GEOMÉTRICO.
Documentación sobre colimación en Newton, es amplia y
bastante conocida por todos los propietarios de alguno de ellos.
El uso de colimadores tipo Chesire y láser, son una
excelente herramienta para, por lo general, alinear la óptica, de nuestros tubos,
pero, la experiencia, te hace “percibir” que algo queda sin control en esos
procedimientos.
Quiero relataros mi experiencia y la técnica que he desarrollado
para conseguir, de una vez por todas, la perfecta colimación de un tubo Newton.
Antes de nada, paso a explicar, lo que pretendemos.
Debemos en principio suponer, que nuestro porta-oculares,
está perfectamente colimado, es decir, centrado y perpendicular al eje óptico
de nuestro tubo. Salvo que hubiera recibido algún golpe, en principio cabe
suponer que así será.
Vamos a analizar el funcionamiento de los espejos, de manera
inversa a la luz que recoge nuestro tubo. De esta manera, un rayo de luz
centrado en el porta-ocular, incidirá en el espejo secundario que por sus 45º,
nos lo devolverá hacia el primario, coincidiendo, con el eje óptico del OTA. El
cómo incide y es devuelto hacia el secundario de nuevo, es, en esta primera
parte, irrelevante.
Si nos paramos a pensarlo, lo que estamos describiendo, no
es más que el funcionamiento de un colimador láser en un tubo perfectamente
colimado. Podemos por lo tanto usar un colimador de este tipo, y modificando la
posición del secundario con sus tornillos de colimación, conseguir que el haz
de luz incida en el centro de la roquilla del centro del primario. Luego
podemos modificar la posición de primario con sus tornillos de colimación, para
conseguir que vuela al porta y clavarlo en la diana. ¿Estará entonces colimado
nuestro tubo? La respuesta es que no, buscar que ángulos son los adecuados para
que el haz laser llegue al centro de la diana, no asegura que sean las
posiciones correctas.
Quizás el espejo secundario, haya quedado en un ángulo
diferente a los 45º que idealmente deben quedar, pero como lo compensamos con
un mal ángulo del primario, lo único que aseguramos es que el haz de luz,
vuelve al punto de partida, pero no que lo haya hecho por el camino correcto
(el eje óptico).
Por lo tanto, el colimador láser nos daría lo que llamamos,
un falso positivo. Esto, suponiendo todos los elementos de nuestro OTA, en
perfectas condiciones, ocurriría si la altura, o distancia del espejo secundario
al eje óptico del porta, no es la correcta, luego veremos por qué. Pero está
claro que un colimador láser, no garantiza una colimación adecuada.
Bueno, pues usemos entonces un colimador Chesire. Este tipo
de colimador, tiene la gran ventaja, de que nos asegura que el posicionamiento del
espejo secundario, queda en nuestros deseados 45º, ya que es la única manera de
visualizar a través de él, el primario perfectamente centrado. Una vez hecho,
podemos pensar, bueno… pues ya está, no? Ni mucho menos, garantizar que el
espejo esté a 45 grados exactos, no es tampoco garantía de un colimado
correcto, ya que el espejo secundario, a pesar de tener los 45º, puede estar
más alto o bajo de lo que debe. El efecto de un colimado con Chesire, pero con
un espejo secundario a mal altura, es la siguiente.
Si volvemos a pensar en el recorrido del haz láser, podemos observar como el láser impactará en el espejo, antes o más tarde de lo debido, por lo que su desvío hacia el primario, será incorrecto. Jamás acertaremos en la rosquilla.
Es curioso cómo una vez que te das cuenta de estas cosas,
entiendes porque tras colimar un tubo con un Chesire, colocas un láser y no das
en la rosquilla ni por asomo, y el haz en la diana del colimador láser, queda
muy desviado.
Más de uno, hemos tenido entonces la tentación, de ajustar
los tornillos de colimación del secundario para meter la luz en la rosquilla, y
por lo tanto en la diana. Hecho eso hemos puesto el Chesire, y comprobamos que
todo se ha descolocado.
Nos decimos:
¿Pero entonces… a quien hago caso! ¿Al Chesire o al láser?
Pues está claro… a ninguno… y a los dos.
Ambos colimadores no son garantía de un buen colimado, pero
si trabajan juntos, se complementan y logran un gran resultado cuando
aprendemos a usarlos siguiendo un método lógico. La clave de todo “la distancia
del secundario al eje del porta oculares”.
MÉTODO GEOMÉTRICO.
Todo lo que vamos a practicar, está muy bien, pero… ¿cómo
sabremos que realmente llegamos a dónde queremos?
Pues como se suele decir “A grandes problemas, grandes
soluciones”.
1º Opté por desmontar el secundario, y tomar medidas
precisas calibre (pie de Rey) en mano.
Tras representarlo todo en AutoCad, medí la distancia que
veis en la cota en rojo, esto es, la distancia de la parte superior del soporte
del espejo, a la zona de la superficie del mismo, en la que sabemos, debería
encontrarse el eje óptico del OTA y del enfocador (59.56 mm).
2º Vamos a medir a que distancia pasa el eje óptico del
enfocado, que debe contactar en el espejo en el punto calculado anteriormente,
con respecto a la zapata central de la araña (cuya cota es fija). Para ello,
sitúo una escuadra de precisión, en la zapata y coloco nuestro colimador láser
en el porta.
El haz láser, incide a 62 mm de la parte inferior de la
zapata. Por lo tanto, una simple resta (62-59.56= 2,44 mm), nos dirá cuál es la
separación que debemos proporcionar entre la zapata y el soporte del espejo, la
cual nos la proporcionará el tornillo central del sistema de colimado.
Para que lo terminéis de entender, queremos exactamente
esto:
3º Vamos a buscar esa separación precisa, que nos debe
ofrecer el tornillo central, ya que posteriormente, los tres de colimación, tan
solo deben ajustar el “cabeceo” del espejo, pero no modificarlo en altura.
La idea era buscar algo, que me hiciera de separador, me
mantuviera el espejo lo más recto posible (o a 45º si preferís) y que me
permitiera después apretar los de colimación, para fijar el conjunto. La
suerte, hizo que encontrara en mi caja de herramientas, dos arandelas de acero
de 2,55mm, y como en agricultura, un metro es holgura, es lo que utilicé.
Con el espejo mirando hacia el porta ocular lo mejor que
podamos (con el Chesire ya lo dejaremos más preciso), coloqué ambas arandelas, de
manera que no fueran a interferir en la posterior colocación de los tres
tornillos de colimación. Apretamos lentamente el tornillo central del conjunto,
hasta que me veamos que cuesta sacar ambas arandelas, pero aún no lo hacemos, primero
bajamos los tres tornillos de colimación, hasta apretarlos levemente.
Aprovechamos que, en ese instante, por cómo estaban colocadas las arandelas, el
espejo debería tener aproximadamente los 45º que queremos.
Hecho esto, los retiré.
3º Con nuestro colimador Chesire, ajustamos el espejo
secundario y primario, tal y como tantas veces se ha explicado en los
diferentes foros. La sensación, ya fue buena, ya que tal y como me imaginaba,
el secundario estaba prácticamente en su sitio cuando puse el Chesire. Otra
cosa que me gusto, es que hacía mucho tiempo que no percibía con tanta claridad
el Offset del secundario, ya que mi OTA es un f4.7.
Colimado con el Chesire, llegaba la prueba de fuego,
comprobar cómo estaba el eje óptico del conjunto. Si esta vez estaba perfecto,
debería clavarlo en el donut…. y así fue.
4º La prueba de campo, fue pocas horas después. Colocado el
tubo en su montura, lo dirijo a Arturo, que asoma amarillento por el este.
Que queréis que os diga… casi lloro de la emoción. Hacía
tanto que no veía 4 y solo 4 hermosas, nítidas y preciosas espicas. Qué
maravilla, supe enseguida, que estaba clavado….
En mi caso, esas arandelas, han quedado guardadas para el
futuro, pero no podía dejar de pensar en cómo crear un procedimiento, para
establecer un método sencillo que no implicara desmontar, medir y dibujar para
poder calcular ese valor de la distancia (aunque con un poco de trigonometría,
se podría perfectamente) y accesible a todo el mundo. Y como estos días está
tan nublado, y haciendo honor al dicho “cuando el diablo no sabe qué hacer,
mata moscas con el rabo”. Descoloque todo, primario, secundario (incluida la
preciada separación, y la colimación). E intenté buscar un sistema sencillo,
que cualquier aficionado, pudiera realizar.
Me encantaría que echarais un ojo a mi segundo documento, “2.
COLIMACION EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON. MÉTODO PRÁCTICO.”, y quien lo
necesite y probara, me diera su opinión.
Un saludo.
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