lunes, 23 de abril de 2018


2. COLIMACIÓN EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON.
MÉTODO PRÁCTICO.


Este es un Manual para la colimación en altura del secundario en un Newton, autentica piedra angular en este tipo de tubos. Personalmente, me ha funcionado, volviendo a clavar los aproximadamente 2,5 mm de separación que ya sabía debía bajarlo, según documento “1. COLIMACIÓN EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON. MÉTODO GEOMÉTRICO”.

En este Manual, voy lo más al grano posible, ya que, de lo contrario, sería un tutorial demasiado extenso. Si alguien necesita saber cómo se usa un Chesire, un colimador láser o la terminología utilizada, deberá mirar en alguno de los muchos foros que hay en internet. De la misma manera, suponemos colimadores en perfecto estado, enfocadores perpendiculares, soporte del secundario totalmente centrado en el tubo, etc…

1º PORQUE NECESITO HACER ESTO.
Los efectos de un secundario a una distancia al eje del enfocador incorrecta, tiene consecuencias en la imagen del mismo. Visión poco nítida, sensación de más de un foco, múltiples espicas, etc…
La manera más sencilla de saber si este tutorial es para ti, es la de colimar tu tubo con un Chesire, y después colocar uno láser. Si no coinciden, lo más probable es que tu espejo secundario, no esté a la distancia correcta. Si ese es tu caso, este tutorial puede ayudarte

2º COMPROBACIONES PREVIAS.
Debes tener todo tu material en perfecto estado. Colimador laser “Colimado”, Chesire ok, soporte del espejo en la araña obsesivamente centrado, patas de la araña rectas y sin alabeo, enfocador perpendicular. Si las condiciones iniciales de nuestra ecuación ya no son correctas, este tutorial no valdrá de nada.

3º PREPARACIÓN DEL TUBO.
-          Colocamos el tubo vertical, en un suelo totalmente horizontal.
-          Colocamos encima de la zapata central de la araña, un nivel, para confirmar que está horizontal (hazlo en dos ejes a 90º, para comprobar todo el plano).



 4º COLIMAMOS CON EL CHESIRE.
Poco hay que decir aquí. Tan solo recordar que, con ello, garantizamos la colocación del espejo secundario a 45º.
  
5º COMPROBAMOS EL EJE ÓPTICO.
Para ello, colocamos el colimador láser en el enfocador, el cual encendemos, y miramos por la boca del tubo, en que zona del espejo primario, incide.

6º CORRECCIONES EN EL SECUNDARIO.
En función de la zona en la que el láser incide, actuamos en dos fases.
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          FASE 1. Dado que el Chesire nos ha colocado el soporte completamente recto (espejo a 45º), una pequeña rotación del mismo siempre que apoye en los tres tornillos de colimación, no alterarían su ángulo, por lo que aflojamos levemente el tornillo central y rotamos lentamente el espejo hasta conseguir que el haz láser, quede lo más exactamente posible sobre el eje X, el que coincide con el eje óptico del porta.
Si está en la semicircunferencia superior, giraremos en sentido horario, y si está en el inferior, en sentido anti-horario.
Por lo general, este ajuste apenas es necesario, ya que el Chesire, deja el espejo secundario muy bien ajustado.

Para ajustarlo con precisión, mira con un solo ojo, haciendo coincidir la pata de la araña que coinciden con el eje sobre el que quieres ajustar, y hazlo coincidir con el mismo que ves reflejado en el es
pejo del primario.
























FASE 2. Ahora trabajaremos fijándonos si el láser incide en el semicírculo derecho e izquierdo, de la siguiente manera.
Si el haz láser, está en el lado derecho, nuestro espejo está bajo, y deberemos subirlo. Si está en el lado izquierdo, el secundario está alto, por lo que deberemos bajarlo.

La manera de subirlo y bajarlo, la haremos de la siguiente manera. Sujetamos el espejo por su soporte con una mano, para evitar que rote demasiado y con la otra mano:

Subir: aflojamos cada uno de los tres tornillos de colimación la misma cantidad, por ejemplo, una vuelta, y apretamos el central, hasta que volvamos a notar apoyo del conjunto.

Bajar: Aflojamos el tornillo central lo que consideremos, después aflojamos cada uno de los tres tornillos de colimación, la misma cantidad e vueltas. Dado que el paso del tornillo central, es mayor, habrá bajado más que los tres de colimación, por lo que finalizaremos apretando otra vez el central, hasta bloquear el conjunto.

Podemos aprovechar al bloquear el conjunto, y repetir en ese momento la FASE 1.

Con estos movimientos, en teoría no deberíamos haber variado mucho el ángulo del espejo, por lo que podríamos reevaluar como incide el haz en el espejo primario y volver a repetir ambas fases, o antes de ello, poner el Chesire y ajustar si lo creemos necesario.

Tras repetir algunas veces el proceso (la experiencia es fundamental para decidir cuánto hay que subir o bajar en función de lo lejos que el haz laser incide de la rosquilla de primario). Llegaremos a la situación en la que el colimado con Chesire está OK, y el láser, nos incide en el centro de la rosquilla.

En ese momento podemos decir, que tenemos el espejo del secundario, a la altura ideal.

A partir de ese momento, en el futuro, no debemos usar el tronillo central más que lo necesario para poder ajustar el cabeceo del espejo con los tres tornillos de colimación.




La última prueba es montar el tubo en su trípode, y disfrutar de una imagen y unas espicas, nítidas y bien definidas.

Espero que os haya ayudado y a disfrutarlo.









Manuel Grande.


 1. COLIMACIÓN EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON.
MÉTODO GEOMÉTRICO.



Documentación sobre colimación en Newton, es amplia y bastante conocida por todos los propietarios de alguno de ellos.

El uso de colimadores tipo Chesire y láser, son una excelente herramienta para, por lo general, alinear la óptica, de nuestros tubos, pero, la experiencia, te hace “percibir” que algo queda sin control en esos procedimientos.

Quiero relataros mi experiencia y la técnica que he desarrollado para conseguir, de una vez por todas, la perfecta colimación de un tubo Newton.

Antes de nada, paso a explicar, lo que pretendemos.
Debemos en principio suponer, que nuestro porta-oculares, está perfectamente colimado, es decir, centrado y perpendicular al eje óptico de nuestro tubo. Salvo que hubiera recibido algún golpe, en principio cabe suponer que así será.




Vamos a analizar el funcionamiento de los espejos, de manera inversa a la luz que recoge nuestro tubo. De esta manera, un rayo de luz centrado en el porta-ocular, incidirá en el espejo secundario que por sus 45º, nos lo devolverá hacia el primario, coincidiendo, con el eje óptico del OTA. El cómo incide y es devuelto hacia el secundario de nuevo, es, en esta primera parte, irrelevante.
Si nos paramos a pensarlo, lo que estamos describiendo, no es más que el funcionamiento de un colimador láser en un tubo perfectamente colimado. Podemos por lo tanto usar un colimador de este tipo, y modificando la posición del secundario con sus tornillos de colimación, conseguir que el haz de luz incida en el centro de la roquilla del centro del primario. Luego podemos modificar la posición de primario con sus tornillos de colimación, para conseguir que vuela al porta y clavarlo en la diana. ¿Estará entonces colimado nuestro tubo? La respuesta es que no, buscar que ángulos son los adecuados para que el haz laser llegue al centro de la diana, no asegura que sean las posiciones correctas.

Quizás el espejo secundario, haya quedado en un ángulo diferente a los 45º que idealmente deben quedar, pero como lo compensamos con un mal ángulo del primario, lo único que aseguramos es que el haz de luz, vuelve al punto de partida, pero no que lo haya hecho por el camino correcto (el eje óptico).



Por lo tanto, el colimador láser nos daría lo que llamamos, un falso positivo. Esto, suponiendo todos los elementos de nuestro OTA, en perfectas condiciones, ocurriría si la altura, o distancia del espejo secundario al eje óptico del porta, no es la correcta, luego veremos por qué. Pero está claro que un colimador láser, no garantiza una colimación adecuada.

Bueno, pues usemos entonces un colimador Chesire. Este tipo de colimador, tiene la gran ventaja, de que nos asegura que el posicionamiento del espejo secundario, queda en nuestros deseados 45º, ya que es la única manera de visualizar a través de él, el primario perfectamente centrado. Una vez hecho, podemos pensar, bueno… pues ya está, no? Ni mucho menos, garantizar que el espejo esté a 45 grados exactos, no es tampoco garantía de un colimado correcto, ya que el espejo secundario, a pesar de tener los 45º, puede estar más alto o bajo de lo que debe. El efecto de un colimado con Chesire, pero con un espejo secundario a mal altura, es la siguiente.

Si volvemos a pensar en el recorrido del haz láser, podemos observar como el láser impactará en el espejo, antes o más tarde de lo debido, por lo que su desvío hacia el primario, será incorrecto. Jamás acertaremos en la rosquilla.



Es curioso cómo una vez que te das cuenta de estas cosas, entiendes porque tras colimar un tubo con un Chesire, colocas un láser y no das en la rosquilla ni por asomo, y el haz en la diana del colimador láser, queda muy desviado.

Más de uno, hemos tenido entonces la tentación, de ajustar los tornillos de colimación del secundario para meter la luz en la rosquilla, y por lo tanto en la diana. Hecho eso hemos puesto el Chesire, y comprobamos que todo se ha descolocado.

Nos decimos:
¿Pero entonces… a quien hago caso! ¿Al Chesire o al láser?
Pues está claro… a ninguno… y a los dos.

Ambos colimadores no son garantía de un buen colimado, pero si trabajan juntos, se complementan y logran un gran resultado cuando aprendemos a usarlos siguiendo un método lógico. La clave de todo “la distancia del secundario al eje del porta oculares”.


MÉTODO GEOMÉTRICO.

Todo lo que vamos a practicar, está muy bien, pero… ¿cómo sabremos que realmente llegamos a dónde queremos?
Pues como se suele decir “A grandes problemas, grandes soluciones”.

1º Opté por desmontar el secundario, y tomar medidas precisas calibre (pie de Rey) en mano.



Tras representarlo todo en AutoCad, medí la distancia que veis en la cota en rojo, esto es, la distancia de la parte superior del soporte del espejo, a la zona de la superficie del mismo, en la que sabemos, debería encontrarse el eje óptico del OTA y del enfocador (59.56 mm).

2º Vamos a medir a que distancia pasa el eje óptico del enfocado, que debe contactar en el espejo en el punto calculado anteriormente, con respecto a la zapata central de la araña (cuya cota es fija). Para ello, sitúo una escuadra de precisión, en la zapata y coloco nuestro colimador láser en el porta.



El haz láser, incide a 62 mm de la parte inferior de la zapata. Por lo tanto, una simple resta (62-59.56= 2,44 mm), nos dirá cuál es la separación que debemos proporcionar entre la zapata y el soporte del espejo, la cual nos la proporcionará el tornillo central del sistema de colimado.
Para que lo terminéis de entender, queremos exactamente esto:



3º Vamos a buscar esa separación precisa, que nos debe ofrecer el tornillo central, ya que posteriormente, los tres de colimación, tan solo deben ajustar el “cabeceo” del espejo, pero no modificarlo en altura.

La idea era buscar algo, que me hiciera de separador, me mantuviera el espejo lo más recto posible (o a 45º si preferís) y que me permitiera después apretar los de colimación, para fijar el conjunto. La suerte, hizo que encontrara en mi caja de herramientas, dos arandelas de acero de 2,55mm, y como en agricultura, un metro es holgura, es lo que utilicé.



Con el espejo mirando hacia el porta ocular lo mejor que podamos (con el Chesire ya lo dejaremos más preciso), coloqué ambas arandelas, de manera que no fueran a interferir en la posterior colocación de los tres tornillos de colimación. Apretamos lentamente el tornillo central del conjunto, hasta que me veamos que cuesta sacar ambas arandelas, pero aún no lo hacemos, primero bajamos los tres tornillos de colimación, hasta apretarlos levemente. Aprovechamos que, en ese instante, por cómo estaban colocadas las arandelas, el espejo debería tener aproximadamente los 45º que queremos.

Hecho esto, los retiré.

3º Con nuestro colimador Chesire, ajustamos el espejo secundario y primario, tal y como tantas veces se ha explicado en los diferentes foros. La sensación, ya fue buena, ya que tal y como me imaginaba, el secundario estaba prácticamente en su sitio cuando puse el Chesire. Otra cosa que me gusto, es que hacía mucho tiempo que no percibía con tanta claridad el Offset del secundario, ya que mi OTA es un f4.7.

Colimado con el Chesire, llegaba la prueba de fuego, comprobar cómo estaba el eje óptico del conjunto. Si esta vez estaba perfecto, debería clavarlo en el donut…. y así fue.

4º La prueba de campo, fue pocas horas después. Colocado el tubo en su montura, lo dirijo a Arturo, que asoma amarillento por el este.

Que queréis que os diga… casi lloro de la emoción. Hacía tanto que no veía 4 y solo 4 hermosas, nítidas y preciosas espicas. Qué maravilla, supe enseguida, que estaba clavado….

En mi caso, esas arandelas, han quedado guardadas para el futuro, pero no podía dejar de pensar en cómo crear un procedimiento, para establecer un método sencillo que no implicara desmontar, medir y dibujar para poder calcular ese valor de la distancia (aunque con un poco de trigonometría, se podría perfectamente) y accesible a todo el mundo. Y como estos días está tan nublado, y haciendo honor al dicho “cuando el diablo no sabe qué hacer, mata moscas con el rabo”. Descoloque todo, primario, secundario (incluida la preciada separación, y la colimación). E intenté buscar un sistema sencillo, que cualquier aficionado, pudiera realizar.

Me encantaría que echarais un ojo a mi segundo documento, “2. COLIMACION EN ALTURA DEL SECUNDARIO DE UN NEWTON. MÉTODO PRÁCTICO.”, y quien lo necesite y probara, me diera su opinión.




Un saludo.

 Manuel Grande.